miércoles, 28 de septiembre de 2016

DILEMAS ETICOS

A lo largo de nuestra vida somos testigos de dilemas éticos a los que se ven sujetas diferentes personas; todos o la mayoría se dan en un ambiente profesional, es por ello que durante nuestra etapa estudiantil sólo los leemos en un papel, no los enfrentamos como tal en la vida profesional… ¿cómo saber que al enfrentar el primero dilema en nuestra vida profesional seremos capaces de resolverlo?
Por lo general un dilema ético debe de resolverse en base a los principios y valores de la persona que lo está experimentando, claro está siempre y cuando dicho dilema se desenvuelva en un ambiente personal, ya que en un ambiente profesional las reglas y los alcances son muy diferentes.
Un dilema ético en la vida profesional puede obligarte a hacer excepciones, a hacer caso omiso de la Ética y tus valores para resolverlo; no es que se trate de inestabilidad moral y/o ética sino de que en la vida profesional hay cosas que están en juego y que llegan a tener mayor peso en la vida de la persona por el impacto que genera.
Pongamos un ejemplo: supongamos que eres un estudiante becado recién egresado; la situación está complicada porque no hay mucha oferta de trabajo, tienes una beca que liquidar… en general el panorama se visualiza difícil, pero de pronto te ofertan un empleo en una empresa; el sueldo, los horarios y el trabajo como tal te agrada. Comienzas a laborar y notas que las cosas no se hacen bien dentro de la empresa: venden productos nocivos para la salud, sin embargo no hacen nada por modificarlo sino que sólo les interesa seguir generando ganancias. Bajo esta premisa, ¿qué haces? Se te ocurre buscar una solución para las irregularidades de la compañía y se la presentas a los directivos, no obstante éstos hacen caso omiso y además te condicionan tu permanencia, permitiendo que tu estancia continúe siempre y cuando no te entrometas en los asuntos que intentaste resolver… ¿entonces renuncias a la empresa?, ¿continúas?; no olvidas que tienes una beca que pagar, que ya tienes que valerte por ti mismo y es justamente eso lo que te detiene a pensar en una decisión.
 En este caso, ¿qué vale más: la Ética o las necesidades propias de autosustento?; si tomamos la primera opción y nos desligamos de la empresa, ¿entonces quién resolverá las necesidades económicas?… y si nos decidimos por la segunda, ¿nuestra conciencia tendrá algún cargo?
Si hacemos a un lado la Ética para resolver nuestros problemas como muchas ocasiones lo hacemos por simple naturaleza humana, estamos dejando a un lado nuestra forma de ser, de alguna forma nos estamos traicionando. Ocasionalmente resolvemos un conflicto de la manera más rápida y fácil sin considerar ningún otro ámbito; primeramente se debe analizar la situación, buscar posibles soluciones… siempre hay más de una opción para resolver los problemas, el punto está en buscar la más conveniente para todas las partes involucradas.

Ejemplo:
Una ingeniera trabaja en una fábrica de productos químicos. Se percata que se ha producido una fisura en un conducto por el que sale un líquido que contamina el ambiente.

Para solucionar la avería es necesario cambiar unos elementos fundamentales en la producción y sería necesario parar durante un mes la fábrica.

La ingeniera ha comunicado la avería al Director, pero este no quiere dejar de producir porque eso le haría perder mucho dinero y tendría que despedir algunos empleados, lo que supondría una importante crisis social en la zona.

Si no se arregla la avería la contaminación se incrementaría y repercutiría en la vida acuática y después en la de los habitantes del río que comen estos alimentos y se suministran el agua.
Si la ingeniera denuncia a las autoridades el peligro que supone la fisura, se enfrentaría al director y probablemente seria despedida. ¿Qué debe hacer la ingeniera?
Valores en conflicto: solidaridad, cooperación, respeto, tolerancia.

PRINCIPIOS BASICOS DE LA ETICA PROFESIONAL

Los principios de la ética profesional
En el campo de la ética profesional prácticamente existe consenso acerca de los principios que deben fundamentar las acciones de todo profesionista que se precie de estar actuando moralmente. Más allá de la existencia y apego a ciertos códigos deontológicos que plantean muchos gremios profesionales, en un nivel de mayor generalidad y profundidad teórica se encuentran estos tres principios de acción ética (o cuatro, dependiendo del desdoblamiento o no del primer principio) que deben normar el comportamiento en el campo de la acción socio-profesional.
 
El principio de beneficencia
"Un profesional ético es aquel que hace el bien en su profesión haciendo bien su profesión", afirma Hortal (s/f: 3). Esta es una excelente definición del principio de beneficencia que implica dos elementos complementarios e inseparables: el hacer bien la profesión, es decir que un profesional ético es aquel que desarrolla su actividad de manera competente y eficaz, cumpliendo adecuadamente con su tarea; y por otra parte, el hacer el bien en la profesión, es decir, ejercer la profesión pensando siempre en el beneficio de los usuarios de la actividad profesional y en el beneficio de la sociedad, de manera que se cumpla con el bien interno de la profesión, que se aporte el bien específico para el que fue creada.
Como ya se dijo, si bien estos dos elementos pueden y deben distinguirse para fines de análisis, deberían ser inseparables en la práctica, porque un profesionista que busque hacer el bien con su profesión, beneficiar a la gente y a la sociedad a través de su ejercicio profesional, tendrá que hacerlo mediante una práctica actualizada, competente, bien hecha. Una práctica profesional deficiente o de mala calidad es una práctica que por definición no beneficia a sus destinatarios ni a la sociedad, y puede incluso dañar. El ejercicio ético de la profesión, por lo tanto, no puede consistir solamente en buenas intenciones o buen corazón, sino en acciones eficaces. En el otro ángulo de esta relación, podría afirmarse que es posible realizar bien la profesión, de manera eficiente y atinada, buscando hacer el mal o dañar a ciertas personas o a la sociedad en general. Es común encontrar afirmaciones acerca del gran daño que hacen los profesionales muy bien preparados y técnicamente muy hábiles pero sin formación ética y con malas intenciones. Sin embargo, si se analiza este ejercicio profesional y se contrasta con la definición de profesión es posible afirmar que un ejercicio eficiente de la profesión que no beneficia, o que incluso daña a personas o a la sociedad, no es un buen ejercicio profesional puesto que no está cumpliendo con la función original de las profesiones, que es la aportación de un bien a la sociedad, del que se carecería si esta profesión no existiera.
Como se comentó líneas arriba, algunos autores añaden al principio de beneficencia el de "no maleficencia", que plantea que todo ejercicio profesional debe buscar a toda costa no dañar o afectar a personas, grupos sociales o a la comunidad toda. Este principio es complementario y por ello a veces se considera reiterativo, puesto que si en el ejercicio profesional se busca el beneficio del usuario y de la colectividad, está implícito el hecho de que se busque no dañar. No está de más, sin embargo, señalar que todo buen profesional, al hacer el bien en su profesión, haciendo bien su profesión, tendrá que considerar siempre el efecto que sus decisiones van a tener en los posibles afectados, tratando de evitar o minimizar al máximo estos daños, tal como lo plantean Adela Cortina (2001) y otros autores a partir de la ética de la razón comunicativa.
El principio de autonomía
Como bien señala Hortal (1996), el principio de beneficencia puede interpretarse de manera que genere una visión de profunda asimetría entre el profesional y el usuario de sus servicios. Si el profesional debe hacer el bien al usuario y a la sociedad con su práctica, puede considerarse entonces que es él el que sabe y puede, y el usuario y la sociedad los que no saben ni pueden; que el profesionista es el sujeto activo del bien y el usuario y la sociedad son meros receptores pasivos de este beneficio que recibirán del ejercicio profesional.
La relación de asimetría, considerada de este modo, puede traducirse en relaciones de dependencia entre el profesionista y el usuario de sus servicios y generar una dinámica de asistencialismo o incluso de juegos indebidos de poder en la prestación de los servicios profesionales.
El principio de autonomía busca evitar esta relación de dependencia y paternalismo al señalar que el usuario no es un simple receptor pasivo, sino un sujeto que debe participar activa y responsablemente en las decisiones que implican la prestación del servicio profesional.
De este modo, un profesionista ético debe considerar siempre a los usuarios de sus servicios como sujetos de derechos, poseedores de una dignidad inalienable y por ello capaces de participar en la toma de decisiones de aquello que les va a afectar, para bien o para mal, en cualquier tipo de práctica profesional.
El fin último de cualquier práctica profesional debe ser la contribución a la autonomía y capacidad de autogestión del usuario, así como la autonomía cada vez más plena de la sociedad entera como sujeto colectivo.
El principio de justicia
La ética profesional no se agota en las relaciones bilaterales entre los profesionales y los destinatarios de sus servicios profesionales. sino que se enmarca en un sistema social que será, en última instancia, el que reciba los beneficios o sufra los daños de una práctica profesional bien o mal realizada.
Por ello el principio de justicia establece que en toda prestación de un servicio profesional, cada uno de los sujetos involucrados debe cumplir con su deber, es decir, con la tarea que se le ha encomendado, con lo que se espera que haga, sin extralimitarse pero sin pecar tampoco de insuficiencia en su responsabilidad.
 

VIRTUDES PROFESIONALES

Las virtudes profesionales son las cualidades que regulan los actos humanos en el trabajo a través de un conjunto de principios y valores que conducen al hombre por el camino del éxito y del desarrollo personal. Las virtudes como disciplina que guía a los individuos por el camino de la horadez en el trabajo, la puntualidad, la obediencia, el respeto y a la eficiencia en las labores, dan Paso a las competencias laborales, tales como: El trabajo en equipo, la capacidad de análisis, de negociación, capacidad y disposición para el aprendizaje constante y la solución de problemas, etc.
. ¿Qué son las virtudes humanas?

Las virtudes humanas son prácticas habituales que llevan a la perfección del entendimiento y de la voluntad, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la razón y las convicciones espirituales. Ellas conducen a los individuos a hacer el bien en todo momento y a realizar las actividades cotidianas de trabajo eficientemente, para obtener el fruto de la subsistencia.


La persona que integralmente practica las virtudes en el trabajo, es estable y de confiar ya que posee un elevado sentido de responsabilidad frente al compromiso y un alto grado de identidad para con la organización en donde se desempeña.

. ¿Cuáles son las principales virtudes laborales?

Las principales virtudes humanas que constituyen cardinalmente la base de la vida ética o virtuosa en el trabajo, son; La prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.


.La prudencia: Es la virtud que permite la capacidad de discernir oportunamente y en cada circunstancia sobre lo que es correcto o incorrecto, apartando las emociones temperamentales. La prudencia conduce a la humildad y sencillez del individuo sobre sus logros o rango, el prudente posee un profundo respeto por la integridad e intimidad ajena, es cuidadoso, piensa antes de actuar o hablar, evita en todo momento incomodar a alguien o descalificar a personas y se abstiene de  hacer comentarios o generar rumores que afecten el buen ambiente de trabajo.



.La justicia: Es la virtud o el fundamento humano que le da sentido al deber y a lo que es correcto y justo en las personas, deriva en el cumplimiento de las normas, en el respeto hacia los demás y en la responsabilidad ante los compromisos. El hombre virtuoso en el trabajo busca siempre la igualdad y la equidad en todo momento y logra siempre con justicia sus metas sin destruir las de los demás.



.La fortaleza: Se basa en el fundamento de ser constante en el trabajo, de poner el corazón en lo que se hace para obtener soluciones y concluir bien lo que se comienza. Es la virtud que hace al hombre diligente, es decir firme en sus esfuerzos, ràpido y eficiente para lograr lo que emprende.


.La templanza: Es la virtud racional del control, que regula y modera al hombre trabajador ante la debilidad de cometer acciones que pongan en riesgo su bienestar y lo coloca en los limites de la honestidad. Significa tambien sobriedad, moderación y discreciòn ante las pasiones.


Es de importancia señalar que como complemento integral de las virtudes humanas en el àmbito laboral, existen las virtudes espirituales o teológicas, que son las que tienen como fundamento la relaciòn de los individuos con Dios. La Fè, la esperanza y la caridad Inspiran y guian la actitud moral de los cristianos en su medio social y de trabajo.


- Al concluir el presente articulo quiero hacer referencia oportuna sobre una cita del Libertador Simón Bolívar en el celebre discurso de Angostura:


“No todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención de todos los rangos, pues todos deben practicar las virtudes y no todos las practican, todos deben ser valerosos y no todos lo son, todos deben poseer talentos y no todos los tienen´´.

“La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, temperamento, fuerzas y caracteres”.

https://www.youtube.com/watch?v=8Z7_P8jIkKw&noredirect=1

Valores en la etica profesional

VALORES ETICOS PROFESIONALES...

Todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética profesional que defina la lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor, esto se basa en los VALORES personales con los cuales la persona haya tenido en su infancia, a su vez por la experiencia que toma en el trascurrir de la vida. Teniendo en cuenta esto, surgen valores fundamentales en todo profesional, los cuales estan ligidos a su compromiso con la sociedad. 

Todo profesional o o ser humano que este ejerciendo algun tipo de profesion debe meditar en: "Es lo bueno, real o ideal, deseado o deseable para una personay/o colectivo" ¿Estoy haciendo lo que debo hacer? ¿Estoy haciendo lo propio que beneficia a mi cliente, a mi patrón, a la sociedad, a la organización, a mi país, al planeta? Y consecuencialmente, ¿Estoy participando de lo que tengo derecho?. Queda en usted la decisión.

Hay tres factores generales que influyen en el individuo al tomar decisiones éticas o antiéticas (Ferrell, 87-96), los cuales son:

1. Valores individuales - La actitud, experiencias y conocimientos del individuo y de la cultura en que se encuentra le ayudará a determinar qué es lo correcto o incorrecto de una acción.

2. Comportamiento y valores de otros - Las influencias buenas o malas de personas importantes en la vida del individuo, tales como los padres, amigos, compañeros, maestros, supervisores, líderes políticos y religiosos le dirigirán su comportamiento al tomar una decisión.

3. Código oficial de ética - Este código dirige el comportamiento ético del empleado, mientras que sin él podría tomar decisiones antiéticas.

VALORES FUNDAMENTALES
 
Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.

Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios.

Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un incumplimiento o rehuir una responsabilidad.

Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.

Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado.

Dedicación - Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con los demás con atención, cortesía y servicio.

Respeto - Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre determinación.

Responsabilidad ciudadana - Respetar, obedecer las leyes y tener conciencia social.

Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con responsabilidad y eficacia.

Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al defender la verdad ante todo.

Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y ética irreprochable.

Qué es la Ética profesional

La ética profesional es el conjunto de normas de carácter ético aplicadas en el desarrollo de una actividad laboral. La ética puede aparecer reflejada en códigos deontológicos o códigos profesionales a través de una serie de principios y valores contenidos en postulados en forma de decálogo o documentos de mayor extensión.
 
 
La ética profesional marca pautas de conducta para el desempeño de las funciones propias de un cargo dentro de un marco ético. En muchos casos tratan temas de competencia y capacidad profesional, además de temas específicos propios de cada área.
Aunque la ética profesional utiliza valores universales del ser humano, se centra en cómo son estos aplicables al entorno laboral.
Se trata de un tema en continuo debate, especialmente cuando existen conflictos éticos entre el desarrollo de una profesión y la conciencia o ética personal. En determinadas situaciones se puede optar por la objeción de conciencia cuando una persona no piensa que está actuando de forma correcta.